Para
mí, que ya peino las canas de la experiencia en las lecturas
filatélicas, el Dr. Thebussem, que por extrañas circunstancias
de la vida también era conocido en círculos íntimos
como Mariano Pardo de Figueroa, es el referente icónico, el caño
del que mana en diaria constancia la inspiración de muchas de
las formas, modos y maneras de mis expresiones literarias. Indefectiblemente
está presente cuando concateno palabras con las que transmitir
pensamientos recónditos en el intento de que lleguen sanas y
salvas a congéneres presentes y futuros.
Pero ninguno de
los que han porfiado y de los que osamos, insensatos que somos, con
la pluma o el maldito teclado, ha logrado, hasta el momento presente,
superar su gracia ni su donaire en las formas divinas logradas con
letras bien escritas y excelsamente conjuntadas que dió a conocer
al mundillo de nuestra afición, que más parece pasión
incontenible y casi pecadora.
Por ello continúa
siendo, no tan sólo el primero que escribió en España
sobre temas de Filatelia e Historia Postal, sino el personaje que
marcó definitivamente el pensamiento de las generaciones posteriores
a su época productiva que fué desde 1870 hasta finales
de su siglo.
Leer a Thebussem
es descubrir un mundo en apariencia virtual como cuando advierte ¡en
1871! que el coleccionismo de sellos será en el futuro, además
de un placer íntimo, una fuente de actividad y de ahorro económico.
Hoy nos percatamos de su realidad más aplastante.
Afortunadamente
a muchos de los que vivimos en un sueño, tales expresiones
casi procaces no nos alteran el alma. Pero sí que nos arrebata,
aletea nuestro espíritu y nos arrebola el cuerpo el leer, una
y otra vez, las excelsitudes semánticas legadas por un curioso
y entrañable personaje de la segunda mitad del XIX como fué
nuestro admirado prócer y mistagogo intelectual de la Filatelia.
Con él
la Filatelia adquirió carta de nobleza y señorío,
pese a que algunos han pretendido y pretendan hacer de tan apasionante
y pacífica actividad un campo de saqueo y extorsión.
Malditos.
Pero me quedo
con nuestro eximio Thebussem, gloria y honor de las letras filatélicas
hispanas a quien me gustaría decirle, si ello fuera posible:
Muchas Gracias.
Leed y gozad de
los extractos de sus escritos seleccionados por Juan Carlos, dueño
y señor de esta página web, quien ha puesto en ello
su mejor empeño, criterio y tiempo.
© Francesc Graus - Aficionado arrebolado
2 Marzo 2003